OPINIÓN

La caída del movimiento vecinal

Emilio Jiménez

Redacción La Voz del Tajo | Miércoles 23 de abril de 2014
Hubo un tiempo en Talavera en el que el movimiento vecinal era la estrella social. Temido por los gobernantes y aplaudido por la ciudadanía.

Era un movimiento que luchaba por los problemas que padecían los barrios en una urbe en desarrollo, especialmente el urbanístico, y que ejercía de cantera para los jóvenes políticos. Hoy, por ejemplo, el concejal de IU nació para la política en Talavera de la probeta del movimiento vecinal. Una fuerza que ahora se extingue. Ha tenido mejores –el tiempo que la derecha gobernó el consistorio- y peores momentos, pero es que ahora se muere.

Ahí está el ejemplo de La Milagrosa, una de las organizaciones vecinales más bravas, reivindicativas y con ganas de hacer un barrio de ensueño. Fue una asociación vecinal señera y ahora Dori Martín, la última presidenta, anunciará este martes en rueda de prensa que no puede dejar los trastos de matar a nadie porque nadie los quiere. Y en esta época de cierre por liquidación del movimiento vecinal, uno de acuerda de esos presidentes de asociaciones que dieron la cara cuando corrían malos vientos. Hombres y mujeres, por otra parte, que fueron relegado al rincón del olvido o a la misma cuneta del desprecio –como le gusta decir al ex concejal Julio Bernardo- por esos nuevos directivos que surgieron al amparo de los nuevos tiempos. Aquellos, los desahuciados, se fueron de las asociaciones si hacer ruido y dejando un buen recuerdo. Y estos, los nuevos, parece que únicamente hacen ruido cuando se marchan. Ahora que Lago ha decidido que sus concejales ofrezcan una atención especial al vecindario da la impresión que esté se preocupa más de seguir con vida que de poner en prácticas sus reivindicaciones.

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