Pese a lo impactante de las imágenes y lo arriesgado de la misión, lo que parecía un rescate de riesgo estaba improvisado. No en vano, esta práctica mereció, y mucho, la pena. Más de una docena de efectivos del Parque de Bomberos de Talavera, entre los que estaba el grupo voluntario del equipo de rescate acuático, realizó una maniobra mixta de rescate para estabilizar a una persona que hipotéticamente se habría caído al río Tajo y podría estar politraumatizado.
Se eligio una zona de corrientes entre dos ojos del Puente Romano para estabilizar a la víctima, montarla y la camilla y subirla por una escala corredera sirviéndose de un tretrápode, que incorporaba cuerda y polea, para el izado. Esta estructura permitió salvar la vertical del puente y asegurar que que las persona sufriera los menores movimientos posibles por la posible existencia de daños severos. Una vez en superficie, serían los servicios sanitarios los que continuarían con el protocolo comenzando por el traslado hospitalario, comentó el cabo José Luis Ahijado.
Aunque estas maniobras no suceden habitualmente, su práctica y observación sirve para actualizar conocimientos y aprender algunos requisitos para saber intervenir en tiempo real en caso de aparecer un problema de estas magnitudes.