Irene González Moreno | Viernes 10 de julio de 2015
Sanitarios del Área Integrada de Talavera advierten de que los primeros síntomas negativos relacionados con el calor pueden pasar desapercibidos para la persona que los está sufriendo o también ser minusvalorados o atribuidos a otra causa. Una cuestión que se agrava en las personas mayores para los cuales es vital que tengan una correcta hidratación.
Los ancianos tienen reducida la sensación de calor y por lo tanto la capacidad de protegerse por lo que existe una relación directa entre la disminución de la percepción de sed y la percepción del calor, especialmente en los que sufren una enfermedad neurodegenerativa. En particular hay que prestar atención a las personas mayores de 65 años, especialmente los muy ancianos y los que tienen dependencia de otros para los cuidados básicos de la vida diaria, presentan dificultades importantes de la movilidad o están encamados.
También si padecen enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia renal, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer o patologías similares.
La termolisis de las personas mayores está reducida ya que numerosas glándulas sudoríparas están fibrosadas y la capacidad de vasodilatación capilar está disminuida.
Cuándo consultar al médico de familia o al servicio de urgencias
Los sanitarios hacen hincapié en los síntomas iniciales de un golpe de calor para que puedan ser identificados desde el comienzo por la persona que lo padece o por sus cuidadores. Estos son: cansancio, dolor de cabeza, mareo, náuseas y vómitos, inestabilidad, enrojecimiento, sequedad de la piel y calambres, entre otros. Cuando estos síntomas se prolongan más de una hora es recomendable acudir para su valoración al servicio sanitario.
Así, es de especial importancia para los mayores beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice. También usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
Hay que tener en cuenta que la existencia de una dependencia física dificulta el cambio de vestimenta, y la adaptación del entorno.
La adopción de las medidas de prevención y el seguimiento puede realizarse por ellos mismos, si estuvieran capacitados, o por sus cuidadores, sean o no profesionales sanitarios, recalcan desde el área de salud.
Por otro lado, los sanitarios aconsejan visitar al médico de familia a los ancianos que tomen diuréticos pues, unido a las altas temperaturas, puede favorecer aún más el proceso de deshidratación.
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