El Rincón Social

Coaching, un nuevo reto.

“El coaching consiste en liberar el potencial de las personas, para que puedan llevar sus rendimiento al máximo”.

Gabriel Cano | Martes 11 de agosto de 2015

Me acuerdo cuando empecé hace tiempo a escuchar eso de “coaching”, y de una forma mucho más acuciante en los últimos tiempos, y desde un principio, como siempre, lo cogí como algo “mod”, una forma de trabajar nueva, y que seguro, como en otras ocasiones, se vendería como lo mejor, como paso con la Inteligencia Emocional, o las Inteligencias Múltiples.



Con el tiempo, te das cuenta que todo está inventado, aunque quizás no puesto en valor, y ves como el Coaching, como otras formas de trabajo, de metodología de crecimiento, se basa en por qué unas personas tienen éxito, y otras personas no. Por qué unos hombres/mujeres nacen con más seguridad para conseguir sus metas, y otros no saben ni centrar sus objetivos en la vida, cuando es más difícil, poder conseguirlos.

Timothy Gallwey nos dejo “El coaching consiste en liberar el potencial de las personas, para que puedan llevar sus rendimiento al máximo”. Y quizás fue esto lo que me convenció, para dejar de pensar en que pudiera ser una moda pasajera, esto del coaching, para considerar parte de un trabajo con y para las personas, y como puede influir, o podemos aprender, para llegar a nuestros objetivos.

Enlazando los anteriores párrafos, llegamos a una conclusión indiscutible, aunque nos aferremos a estudiar y modificar nuestros comportamientos en un futuro, el fundamento del coaching esta en nuestra educación, en nuestra formación desde abajo, está en la sociedad que hemos construido, y el coaching viene a destruirla.

“El obstáculo interno es invariablemente universal y único, y se describe como el miedo al fracaso, la falta de confianza, la inseguridad o la falta de autoestima” (John Whitmore – Coaching). Y es que desde muy pequeños nos enseñan a realizar acciones ya predeterminadas, pero no nos enseñan a tomar decisiones, a poder aprender de nuestro interior, y a poder desarrollar destrezas que luchen contra el miedo al fracaso.

Cualquier ruptura o crisis, se estudia desde una posición de fracaso, y en cambio, el coaching viene a decirnos que debemos afrontarla desde el punto de vista de oportunidad. Y que trabajando esta metodología, podemos hacer que nuestro equipo de trabajo pueda obtener mucho mejores resultados, y más duraderos, que si utilizamos métodos basados en el aprendizaje convencional o quizás formas de mandos dictatoriales y jerarquizados.

José Luis Sampedro nos decía, que uno de los fallos de la sociedad es que enseñamos las respuestas dadas a los jóvenes, y no les ayudamos a que puedan pensar. Continuando con estas afirmaciones, podemos afirmar que enseñar a nuestros hijos/as a pensar, puede llevar a crearles la mayor de las protecciones para su futuro, y le dotaremos de capacidades que no se aprender en universidades o colegios.

El coaching viene a tirar por tierra la dogmatización de las sociedades actuales, donde siempre tenemos un “incesto” sobre nuestra forma de actuar y trabajar, siempre con unas coordenadas marcadas desde muy pequeños, y que deja poco espacio para la “felicidad”.

Todo esto anterior, e imposible de resumir más en un texto para una sección de un semanario, son pinceladas para entender que nosotros, los padres y madres, podemos ser los mejores capacitadores de nuestros hijos e hijas. Y que mediante el Coaching, podemos crear y fortalecer la autoestima de nuestros hijos e hijas, para que puedan desarrollarse con cierta seguridad ante la propia vida, y sus problemas.

Para ello debemos aprender a valorar los procesos de aprendizaje, como el niño o niña aprende, como desarrollas sus capacidades, y sobre todo, como le devolvemos nosotros nuestra confianza en él, o quizás nuestras frustraciones. El limite esta dentro de la cabeza del menor, pero las capacidades para vencerle también, y nunca en el mentor o entrenador.

Enseñarle a disfrutar de lo que hace es el primer paso, confiar en lo que puede producir, centrándonos en el proceso de cómo lo hace, y no en el resultado, valorar el esfuerzo, darle la responsabilidad necesaria. “La responsabilidad personal requiere capacidad de elección. La capacidad de elección implica libertad”. Esta frase esconde mas allá, que un simple decir, ya que conlleva el deporte que elige nuestro hijo/a, el instrumento, si quiere practicarlo, si quiere hacerlo, o en su caso, es una cuestión de su futuro, o quizás de nuestro “EGO”.

Si nuestro hijo/a es nuestro trofeo, con respecto a los demás padres/madres, nosotros estaremos haciendo mucho daño a su autoestima, a su capacidad de aprendizaje para el futuro. Si nuestro hijo/a, y nuestras pretensiones hacia ellos, son el objetivo de la felicidad, el desarrollo de sus potencialidades y capacidades, así como poder ayudarle a decidir en la vida, esto conllevara muchas frustraciones, pero en un futuro, tendremos un hijo/a seguro de sí mismo, y seguro de que su padre y madre, le ayudaron a desarrollarse, sobre todo, como persona.

Padres/Madres Coaching, un nuevo reto para todos/as.


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