Luis González
David Martínez | Miércoles 23 de abril de 2014
Ya se ha cumplido un mes y una semana desde la implantación de la ley anti-tabaco y la verdad que, para mí, ya se pueden sacar algunas conclusiones, contemplando algunas escenas curiosas y pintorescas.
Una de las que a mi más me ha llamado la atención, que no es por su importancia, es ver esos corrillos que se forman en las puertas de los bares, tiendas, oficinas y demás locales públicos en los que la prohibición ha sido muy bien cumplida y además efectiva. Hay que decir que, en general, la gente ha acatado la ley y se cumple casi en la totalidad de los casos, pero es que esta norma, aparte de la efectividad para la salud, que nadie pone en duda, ha tenido otras muchas consecuencias.
Ahora, por ejemplo, en las partidas de cartas, se ha implantado un intermedio como en las competiciones deportivas, sólo que en vez de entrar al vestuario los jugadores, aquí se salen a la calle a echar el humo los fumadores. Pero es que además ya es una norma obligada que hay que cumplir, porque ¿en qué partida no hay, al menos uno, que sienta esa necesidad? Así mismo, antes había que abrir la puerta del bar para que se marchara el humo y ahora hay que cerrarla para que no entre. Y no digamos nada de la suciedad que se acumula en la puerta de estos locales con las colillas, cajetillas, cenizas…y otros malos residuos que se generan como consecuencia de tener que pasar un tiempo en la puerta del local. Si, ya sé que dirán ustedes que eso es culpa de la “falta de una buena ciudadanía” que padecen algunos fumadores, pero es que para ellos es más fácil echarlo al suelo que tenerse que desplazar unos pasos para encontrar la papelera. También es cierto que algunos locales han intentado poner remedio, pero ¿ha resultado efectivo?...
Por otro lado está la interrupción del camino en la vía pública. A veces tienes que pasar por delante de un bar a determinadas horas y te las ves y te las deseas, y eso que es ahora en invierno, cuando es más difícil salir al frío…, ¡esperemos cuando llegue el buen tiempo y apetezca tomar la cerveza en la calle! (Como podréis comprender no me refiero, en absoluto, a las terrazas de aquellos bares que pueden tenerlas). ¿Estará permitido salir a la calle con el vaso en una mano y el cigarro en la otra? ¿Se generalizará ese “minimostrador ventanero” para los clientes?...Si la respuesta es afirmativa, seguro que los fumadores, entones, serán unos privilegiados, porque además de fumar y beber podrán contemplar los “monumentos ambulantes” que pasen por las aceras. ¿Se pondrán de moda los piropos de los albañiles de hace unos cuantos años? ¡El tiempo lo dirá…!, y mientras reine la elegancia, la simpatía y el bien decir en las palabras, todo irá bien y puede resultar hasta agradable, lo malo será si entra en juego la vulgaridad y la indecencia… Entonces sí se pueden crear conflictos… Porque ya se sabe, donde haya un corro de hombres con una copa en la mano, en cualquier momento puede saltar la chispa.
Por otro lado, ya he oído decir que no se podrá fumar en las casetas de la Feria de Sevilla. ¡Se acabó la estampa de esas juergas flamencas, en las que el pitillo y el fino montilla formaban un dúo muy compenetrado en boca del cantaor! ¿Se imaginan ustedes el que hubiera que crear un “corralillo” para los fumadores al igual que el que ahora existe en algunos parques para los perros?...Pues…,¡tiempo al tiempo que ya nos lo irán contando! Ahora bien, cuando las barbas de tu vecino veas pelar….¿Qué pasará en las Ferias de Talavera? También he oído decir que en los locales de las Sociedades Gastronómicas Vascas, parece ser que la decisión, de fumar o no fumar, la tendrán los propios socios… Yo no soy capaz de ver las diferencias entre unas y otras, pero los legisladores si las habrán visto, me imagino. ¿Alguien tiene claro, en casos así, lo que es un lugar público y un lugar privado?...
Pues estas son simplemente algunas de las apreciaciones personales que cada uno las puede interpretar a su manera y por lo tanto no tienen mayor trascendencia. O si lo prefieren, simples curiosidades que me han brindado la oportunidad de escribir sobre ellas para que ustedes, a su vez, también las puedan comentar.
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