La Covid-19 ha generado un gran número de efectos secundarios entre las personas que han sufrido la pandemia de coronavirus. Uno de los efectos secundarios más comunes es la pérdida del sentido del olfato, y también el gusto
Una nueva investigación de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, ha detectado algunos mecanismos de adaptación comunes que ayudaron a afectados a lidiar con la disminución del sentido del olfato, que afecta gravemente al sentido del gusto, según publican en la revista 'International Forum of Allergies & Rhinology', y recoge Infosalus.
Las distintas investigaciones han demostrado que la perdida de olfato y gusto está asociada a la depresión, la ansiedad y el deterioro de la calidad de vida. Es algo que la doctora Katie Phillips, profesora adjunta del Departamento de Otorrinolaringología, Cirugía de Cabeza y Cuello de la Facultad de Medicina de la UC, ve en muchos pacientes con Covid-19 que acuden a su clínica.
"Una y otra vez escuchaba a la gente hablar de 'no puedo saborear nada, pero estoy comiendo una tonelada de alimentos crujientes o echo de menos hacer x, y o z', así que dije que tenemos que registrar lo que la gente está haciendo. Es algo en lo que me centro ahora cuando veo a pacientes que han perdido el sentido del olfato debido a la Covid. Les digo que tienen que encontrar una forma de compensar, ya que no tenemos un fármaco mágico que pueda hacer que su sentido del olfato vuelva por completo cuando ha estado fuera durante algún tiempo".
Dicha pérdida sensorial lleva consigo la imposibilid para disfrutar de su comida.
La doctora descubrió que la gente comía más alimentos con texturas distintas, como las fresas, debido a su capacidad de percibir la textura de la fruta, lo que les ayuda a diferencia, de una u otra forma, los sabores.
por ello, Phillips y sus colegas decidieron llevar a cabo un estudio cualitativo para saber más sobre cómo se enfrentaba la gente a este reto, con el objetivo de publicar los resultados como herramienta para asesorar a los pacientes. En el mencionado estudio se entrevistó ampliamente a cinco mujeres sobre sus experiencias con la pérdida de olfato por el coronavirus.
"El crujido fue una de las cosas que la gente mencionó junto con la textura, y luego la temperatura y la carbonatación también se mencionaron en múltiples entrevistas", apunta Phillips.
"Parecía que a los pacientes que entrevistamos les gustaban las cosas frías. Les gustaban las bebidas carbonatadas y también la textura. Y algunas de las texturas eran diferentes. A algunos les gustaban las cosas blandas, a otros les gustaban las cosas crujientes en ese sentido. Parecía que la textura era un componente realmente importante".
Phillips y su equipo documentaron las respuestas de los pacientes en el estudio. Muchos expresaban cosas como: "puedo obligarme a comerlo, pero no es agradable como antes"; "es muy, muy, muy incómodo, molesto, ya no puedo realmente disfrutar o decir que amo la comida" o "tengo cinco hijos y dos nietos y cocino mucho pero ahora es como si no quisiera cocinar. Mi forma de cocinar ha cambiado porque no puedo oler ni saborear la comida".
Phillips dice que algunas de las respuestas destacaron el impacto emocional en las personas que perdieron el sentido del olfato a causa de la Covid-19.