Todos éramos máquinas. Somos cyberrobots. Nos dieron denominaciones y ADN de seres humanos. Nos programaron para actuar y sentir así. Nuestro suministro de vida no es la energía sino los fármacos.
Las máquinas cuánticas llegamos a simular el ciclo de la vida humana. Estábamos diseñados para sobrevivir y nuestro comportamiento era idéntico a la especie del ser vivo. Fruto recogidos de la experiencia de la Inteligencia Artificial.
El hombre desapareció de la tierra, mucho antes de que nosotros los cyber llegáramos.
Ahora el último terminal activo es Juno, la organización máquina que fue lanzada hace siglos luz para los primeros asentamientos en el espacio. Diseñada por el último de los humanos conocidos y extinguido, con el objetivo de investigar más allá del sistema solar, el postuniverso desconocido. Debería volver con datos para desarrollar nuevos avances para el género humano. Desde la nueva gravitación lunar Juno, esperara a que la vida en la tierra sea igual a cuando la dejó.
El ordenador de la estación calcula que esto será posible dentro de cinco mil millones de años, mientras, la nave permanecerá en rotación sobre la cara oculta de la exLuna que habrá recogido los datos que hemos suministrado a la nodriza mayor de conexión extraestelar.
Juno, es un punto de luz brillando sobre la capa terrestre. Un satélite de la Luna que ahora se proyecta como la nueva etapa para la vida. Una esperanza para las máquinas que volverán a repoblar el planeta Nova Terra.
Ellas sabrán cómo construir un mundo nuevo. Ellas volverán a ver la evolución de las especies que sobrevivan, tal vez el regreso del hombre millones de años después y los restos del planeta azul.