Iberdrola reafirma su apuesta por la transición energética en Castilla‑La Mancha, aprovechando la alta radiación solar de la región para promover el autoconsumo colectivo y consolidar comunidades solares que benefician al tejido residencial, sin necesidad de inversión por parte de los vecinos.
Así, Iberdrola consolida 32 comunidades operativas en la región, beneficiando a 4.335 hogares, dentro del marco nacional de más de 1.000 comunidades solares que ya dan servicio a más de 100.000 familias.
Algunas de estas comunidades en Castilla-La Mancha son las ubicadas en Toledo (Borox, Cebolla, Sonseca), Guadalajara, Ciudad Real (Socuéllamos y Viso del Marqués) y Tarancón en Cuenca. Dos de las más recientes son las puestas en marcha en Albacete capital, instaladas éstas en las cubiertas de Inmuebles Ferlo S.L, contando cada una de ellas con 261 paneles solares. Ambas comunidades solares cuentan de manera individual con una potencia de 119,9 kWp, suficiente para generar cada una de ellas una energía anual de 181 MWh, con la que se evitará entre ambas comunidades albaceteñas la emisión de cerca de 36 toneladas de CO2 al año, o lo que es lo mismo, equivaldrá a la absorción de CO2 de cerca de 1.700 árboles en un año.
Las Comunidades Solares de Iberdrola están basadas en el autoconsumo colectivo y constan de dos actores principales: por un lado, el propietario de la cubierta que ofrece el espacio que tiene sin utilizar para colocar paneles solares y generar energía 100 % renovable y, por otro lado, los vecinos que deben encontrarse en un radio de hasta 2 km de esa cubierta, y que aprovechan la energía generada con dichos paneles para autoconsumir energía limpia y de cercanía sin ningún tipo de inversión, instalación y sin estar sujetos a permanencia.
En la actualidad, más de 3,5 millones de personas de todas las provincias españolas viven en el radio de acción de una Comunidad Solar de Iberdrola, que se sitúan en los tejados de edificios de diferentes tipologías como Iglesias, colegios, naves industriales, o centros comerciales, entre otros.
Las más de 1.000 Comunidades Solares puestas en marcha por Iberdrola permiten ahorrar hasta un 30% en la factura eléctrica de los clientes, un hecho que se suma al beneficio de reducir la dependencia a los combustibles fósiles. Cada comunidad solar evitará, de media a nivel nacional, la emisión de cerca de 640 toneladas de CO2 a la atmósfera en los próximos 30 años, lo que mejora la calidad del aire de los lugares donde están instaladas.
En el marco de su apuesta por la aceleración de la transición energética, Iberdrola lidera el mercado de autoconsumo en el país. Los clientes de la compañía de esta modalidad cuentan con el Plan Solar, una tarifa de electricidad competitiva en las horas en las que no hay sol, momento en el que se necesita consumir energía de la red, ya que durante el día se autoabastece desde su propia instalación.
Iberdrola permite que la energía que no se consume puede verterse a la red a cambio de una compensación a través del servicio Solar Cloud, o incluso derivarla para el consumo en otra residencia.