La Feria de la Virgen de San Lorenzo vivió ayer una tarde de emoción y entrega en la plaza de toros de Valladolid, donde se lidiaron ejemplares de la ganadería de Victorino Martín. El cartel lo integraban Uceda Leal, Jiménez Fortes y Tomás Rufo, siendo este último quien firmó una actuación para el recuerdo.
El joven diestro de Toledo protagonizó un auténtico espectáculo desde su primer toro, al que cuajó de principio a fin. Con un toreo templadísimo de capote, llevó al animal al caballo con alegría y construyó una faena que comenzó con la rodilla en tierra y la mano rozando la arena. Las series posteriores, largas, cadenciosas y de mano muy baja, desataron la locura en los tendidos. El público vibró con un Rufo roto en comunión con un Victorino de gran clase, lo que le valió dos orejas en una labor memorable.
Con el segundo de su lote, de mayor dificultad, Rufo volvió a mostrar su versión más completa. Firme y entregado, consiguió someter al astado a base de aguante y temple. Las últimas tandas al natural pusieron en pie al público, y aunque la espada redujo el premio, el esfuerzo se recompensó con una oreja.
La tarde dejó claro que Tomás Rufo atraviesa un momento de plenitud y que su nombre sigue consolidándose entre las grandes figuras del toreo actual.