Carlos Granda
miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h
Aunque podría tratarse del número agraciado en el 'sorteo de los ciegos' de esta noche (de ser así ahora mismo estaría frente a la ventanilla del puesto de la ONCE y no dándole a la tecla), la cifra que acompaña estas líneas no es otra cosa que el número de parados que hay actualmente en la ciudad.
No es la primera vez que utilizo este espacio para tratar este mal endémico que ahoga a Talavera, pero es que la situación huele desde hace mucho tiempo y no se atisba remedio en el horizonte. Vamos cuesta abajo y sin frenos.
12.902. Se dice pronto. Pocos municipios hay en la provincia que superen en habitantes el número de parados que presenta Talavera. Toledo, Illescas, Seseña, Torrijos y para de contar. Y no vale con el discurso de siempre de echar la culpa a la coyuntura económica, que lógicamente influye, pero que ya suena como un argumento manido y muy cogido con alfileres.
Por todos es sabido que Talavera ostenta el dudoso honor de ser la ciudad de Castilla-La Mancha con mayor tasa de desempleo, con unos datos muy superiores a las cifras nacionales y que además presenta la vitola de encontrarse entre las veinte ciudades españolas con mayor tasa de desempleo.
Durante el pasado año 2010 fueron 1.500 los talaveranos que se quedaron en la calle y durante el comienzo de año el suma y sigue no cesa con 442 desempleados más. Emulando aquel éxodo rural de los años sesenta, la gente joven, y no tan joven, comienza a marcharse de Talavera y se instala en otras ciudades para poder conseguir un futuro que, tristemente, la Ciudad de la Cerámica no ofrece a día de hoy.
Con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, uno empieza a echar de menos propuestas plausibles para la mayor lacra que asola nuestra ciudad. Hay que ponerse manos a la obra y comenzar a trabajar para que otros puedan comenzar a hacerlo. Como ciudadanos debemos salir del letargo en el que estamos instalados y exigir lo que por derecho es de justicia. Está bien que los brotes reverdezcan y todas las milongas que nos quieran contar, pero los meses pasan y las cosas van de mal en peor.
Resulta imposible que una ciudad pueda desarrollarse cuando cada vez hay más gente en las colas del paro. Talavera necesita soluciones y las necesita ya, porque, de lo contrario, el futuro de la ciudad quedará totalmente estancado y vivir en esta ciudad quizá no sea tan cómodo y recomendable como alguna vez lo fue.