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Semana Santa de Carmena: Fe, fervor y devoción popular

Semana Santa de Carmena: Fe, fervor y devoción popular

La belleza y armonía que desprenden sus procesiones hacen de este acontecimiento una cita fiel para sus habitantes y de gran interés para los turistas

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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Un año más, la localidad toledana de Carmena festeja con ferviente devoción la mayor de sus celebraciones: la llegada de la Semana Santa. La implicación mayoritaria de sus habitantes -de grandes a pequeños- en el desarrollo de esta festividad refleja la significación y alcance que esta conmemoración produce en el municipio. Tanto es así que numerosos vecinos encarnan como improvisados actores los papeles principales de la Pasión y Resurrección de Jesús. La participación activa en los actos religiosos programados se extiende, igualmente, a las distintas procesiones. El recogimiento invade el silencio de las calles y la devoción se traslada a los rostros y corazones de los presentes, quienes contemplan las imágenes con singular emoción.

Los pasos de Jesús de Medinaceli, el Nazareno y el Cristo de la Cueva; la procesión del Entierro con la imagen del Cristo Yacente y la Virgen de los Dolores, o la comitiva del Encuentro entre Jesús y su Madre constituyen algunos ejemplos de la escenificación de los últimos días del Mesías. El Jueves Santo los Hermanos de Jesús Nazareno, conocidos como los “moraos”, recorren con la cara tapada los pasos de Jesús de Medinaceli, el Nazareno y el Cristo de la Cueva en la Procesión del Silencio. Tras ellos desfila, igualmente, la Hermandad de la Virgen de los Dolores, en cuyo rostro compungido emanan sentimientos de piedad y compasión. Custodiando a Jesús Nazareno se encuentra el centurión Quinto Cornelio. La madrugada del Viernes Santo se alza con estruendo la sentencia de Poncio Pilatos, condenando a muerte a Jesús. Desolación y desamparo se unen en el corazón de los carmeneros, que acompañan al Hijo de Dios en la Procesión de las Caídas. Poco después, y ante el paso del Cristo de la Cueva cerca del Templo, la lanza de Longinos atraviesa el costado del Redentor mientras la banda interpreta el toque de oración. El párroco rememora el sacrificio efectuado para salvar nuestros pecados y al terminar el acto, el Hermano Mayor invita a todos los fieles al popular chocolate con churros. La Procesión del Entierro supone el encuentro de la Hermandad de la Virgen de los Dolores y de Jesús Nazareno, quienes portan la imagen del Cristo Yacente, la Cruz con el sudario y la imagen de La Dolorosa, que refleja el vacío de la pérdida de un hijo camino a la Ermita del Santo Sepulcro.

Un vacío que torna en esperanza e ilusión viva cuando el domingo de Resurrección se produce el reencuentro de Jesús con su Madre, las Marías y María Magdalena en la explanada de la Iglesia.

Es el instante de júbilo y celebración máximo, que la banda de música ameniza alegre y dichosa. Al concluir la Misa de Resurrección, se entrega el cetro de la Hermandad al Hermano Mayor elegido para la próxima Semana Santa, y se sucede la Quema de Judas en la Plaza del Consistorio y la limonada ofrecida por el nuevo Hermano Mayor. Concluyen así los actos programados con motivo de la Semana Santa, siempre repletos en Carmena de fervor popular, fe y honda emoción.
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