En una sesión reciente en Les Corts Valencianes, el conseller de Agricultura, Miguel Barrachina, expresó su descontento con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, por su papel en la reducción del trasvase Tajo-Segura. Barrachina afirmó que García-Page "puso a su tierra por delante", priorizando los intereses de su comunidad autónoma sobre los de la Comunidad Valenciana.
Estas declaraciones se produjeron en el contexto de la filtración de mensajes de WhatsApp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, que Barrachina utilizó para ilustrar cómo García-Page y el expresidente valenciano Ximo Puig lograron sus objetivos: el primero, asegurando recursos hídricos para su región, y el segundo, obteniendo un puesto diplomático en París. Barrachina criticó que mientras García-Page defendía activamente los intereses de Castilla-La Mancha, Puig parecía más enfocado en su carrera personal.
El conseller advirtió que el recorte del trasvase podría tener consecuencias graves para la Comunidad Valenciana, incluyendo la pérdida de 15.000 empleos, 5.000 millones de euros en riqueza y la tala de 10 millones de árboles. Además, señaló que 15 nuevos municipios castellanomanchegos se beneficiarán del trasvase, mientras que los agricultores valencianos enfrentan restricciones hídricas.
Barrachina también criticó al Gobierno central por lo que considera decisiones políticas que afectan negativamente a la Comunidad Valenciana, como la reducción del trasvase sin respaldo técnico y la falta de inversiones en infraestructuras hidráulicas esenciales. Subrayó que el agua es una cuestión de Estado y que se necesita un enfoque solidario y equitativo entre las comunidades autónomas.
La polémica destaca las tensiones interterritoriales en España respecto a la gestión de los recursos hídricos y la necesidad de un diálogo constructivo para abordar estos desafíos.