La figura de Leire Díez ha irrumpido con fuerza en el panorama político nacional tras la publicación por El Confidencial de unas comprometedoras grabaciones. En ellas, Díez –exconcejala socialista y autodenominada periodista– ofrecía a un empresario con problemas judiciales una reunión con la Fiscalía a cambio de información comprometedora contra Antonio Balas, Teniente Coronel Jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la unidad que investiga a Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, y a su hermano.
La polémica se ha intensificado con nuevos datos revelados por El Mundo, que asegura que Leire Díez accedía con frecuencia a la sede nacional del PSOE en la calle Ferraz. A pesar de sus afirmaciones de ser una simple militante de base y de que las grabaciones formaban parte de un supuesto trabajo periodístico, sus explicaciones no han convencido ni dentro ni fuera del partido.
Militante ferviente del "sanchismo", Díez ha sido especialmente activa en redes sociales, donde atacaba con dureza a cualquier voz crítica dentro del PSOE. Una de sus principales dianas ha sido Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, una de las pocas figuras del partido que ha cuestionado públicamente decisiones de Sánchez, como los pactos con independentistas o con Bildu.
Frases como "Page es ambidiestro. Y cansino” o “Menos mal que el presidente del Gobierno es Pedro Sánchez porque escuchando a Page se me han puesto los pelos como escarpias” formaban parte del arsenal dialéctico de Díez en la red social X.
Ante la magnitud del escándalo, García-Page se ha pronunciado tajante. En una entrevista en Telecinco este martes, el presidente castellano-manchego ha instado al PSOE a “atajar por completo cualquier tipo de especulación sobre lo que pudiera ser trabajo sucio o cloaca”. Ha recalcado que, tras preguntar a múltiples cargos autonómicos, nadie en la Junta conocía a Leire Díez, aunque ha anunciado que también pedirá explicaciones a los subdelegados del Gobierno en Castilla-La Mancha, cuya designación corresponde al Ejecutivo central.
“Espero que no”, decía Page en referencia a la posibilidad de que Leire Díez haya mantenido vínculos con cargos públicos en Castilla-La Mancha. Su tono, sin embargo, dejaba margen a nuevas revelaciones en los próximos días. Conocido por medir sus palabras y lanzar mensajes con lectura entre líneas, el presidente autonómico no descarta que puedan aparecer conexiones de Díez con estructuras del Estado en la región, que en ocasiones han actuado con autonomía respecto a su gobierno.
El PSOE, mientras tanto, se enfrenta a un nuevo foco de inestabilidad en un momento especialmente sensible para la imagen del partido. La dirección nacional aún no ha ofrecido una versión oficial clara sobre la relación de Leire Díez con la cúpula, ni sobre si sus actuaciones contaban con apoyo o conocimiento desde Ferraz.
El caso Díez podría convertirse en un nuevo test para la cohesión interna del PSOE, dividido entre el apoyo incondicional a Pedro Sánchez y las voces que, como la de Page, exigen responsabilidad, limpieza y respuestas claras.
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