A veces da la impresión de que en Castilla-La Mancha debatimos más sobre el decorado que sobre el escenario. Nos pasa hasta en la vida misma. Esta semana el PP ha vuelto a demostrar que domina el arte de la distracción: un vídeo manipulado, un montaje de manual, ha querido marcar el paso del debate sobre el estado de la región. Pero, como suele ocurrir, cuando el foco se centra en el espectáculo, se apaga la conversación de fondo. Y el fondo, en este caso, es importante.
Mientras tanto, el Gobierno regional, casi sin levantar la voz, ha hecho lo que más cuesta en política: presentar un presupuesto al alza. Unas cuentas que, gusten más o menos, llegan con el aval de la estabilidad y con la promesa de seguir invirtiendo en servicios públicos, los de todos, que es donde la mayoría de los ciudadanos vive su día a día, no en los trending topics.
El contraste es evidente: unos editan vídeos; otros editan presupuestos. Y quizá en eso se resume todo. Castilla-La Mancha necesita menos teatro y más gestión, menos titulares efímeros y más certezas. Porque los castellanomanchegos no se alimentan de polémicas, sino de realidades.
Y hablando de hechos, no de gestos, este miércoles en La Voz del Tajo celebramos su Tercer Foro Tecnológico, un espacio que demuestra que el futuro de Castilla-La Mancha también pasa por la innovación, la empresa y la capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos. Mientras algunos se dedican a editar vídeos, otros —desde las instituciones, las empresas y los medios (que es lo que nos toca)— trabajamos por editar realidades.
Quizá de eso se trate todo, al fin y al cabo. De distinguir el ruido de la sustancia, el corto de la película, la pose de la gestión. Castilla-La Mancha no necesita más actores: necesita buenos guionistas. Y de eso, por suerte, aún nos queda alguno.
Si (
No(
