Cataluña y Madrid siguen siendo los grandes imanes de población extranjera en España, pero al mismo tiempo se han convertido en las comunidades de las que más residentes se marchan hacia otras autonomías. Así lo refleja la Estadística de Migraciones y Cambios de Residencia publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que sitúa a ambas regiones como las que presentan un saldo migratorio interior más negativo de todo el país.
En 2024, Cataluña perdió 6.437 residentes hacia otras comunidades y Madrid 12.993, más del doble. La paradoja es evidente: aunque ambas atraen cada año a decenas de miles de personas por sus oportunidades laborales —Cataluña recibió el año pasado 53.585 nuevos residentes de otras regiones y Madrid 100.342, la cifra más alta de España— su elevado coste de vida impulsa a muchos de sus habitantes a buscar una vida más asequible en otros territorios.
EL PESO DEL COSTE DE LA VIDA Y LA VIVIENDA
La tendencia negativa en migración interna se ha intensificado desde 2021, coincidiendo con la ola inflacionista y el encarecimiento generalizado de la vivienda. En estos tres años, las salidas hacia otras autonomías han aumentado un 7,6% en Madrid y un 8% en Cataluña.
Las dificultades para acceder a la vivienda son una de las principales causas. La alta demanda y la escasa oferta en ciudades como Madrid y Barcelona han disparado los precios de alquiler y compra. Este fenómeno también ha provocado una pérdida de población en los subdistritos más céntricos de las grandes urbes, mientras que las periferias, especialmente en el sureste de Madrid y en los distritos del sur de Barcelona y Valencia, han ganado residentes.
¿DÓNDE SE INSTALA LA POBLACIÓN QUE SE MARCHA?
El destino de quienes dejan Madrid está marcado por la cercanía: un 28% (32.137 personas) se traslada a Castilla-La Mancha, con la posibilidad de seguir trabajando en la capital. Le siguen la Comunidad Valenciana (12.548) y Castilla y León (12.230).
En el caso de Cataluña, tres comunidades concentran casi por igual las llegadas: Comunidad Valenciana (10.381), Madrid (9.878) y Andalucía (9.700).
La mayoría de quienes se marchan son personas jóvenes: predominan los grupos de 25 a 34 años, seguidos por los de 35 a 44, etapas vitales en las que suelen producirse cambios laborales o la formación de una familia.
LA COMUNIDAD VALENCIANA, LA GRAN GANADORA
En contraste con Cataluña y Madrid, la Comunidad Valenciana destaca por registrar saldos positivos tanto en migración exterior como interior. Ganó 104.776 residentes procedentes del extranjero y 10.966 de otras autonomías, convirtiéndose en la región con mayor saldo interno y la tercera en atracción internacional.
Otras autonomías con saldo interior positivo son Castilla-La Mancha (+3.927), Asturias (+3.885) y Galicia (+2.595).
ESPAÑA GANA MÁS DE 600.000 HABITANTES POR MIGRACIÓN EXTERIOR
El flujo exterior también fue determinante en 2024. España recibió 1,288 millones de inmigrantes, un 3% más que el año anterior, mientras que 662.294 personas emigraron al extranjero (+8,8%). El saldo final fue una ganancia neta de 626.268 habitantes, el tercer mayor de la última década.
Las nacionalidades con más llegadas fueron la colombiana (168.122), la marroquí (133.130) y la venezolana (103.225).
Por primera vez, el INE incorpora datos sobre el nivel educativo y la ocupación de los migrantes. Los inmigrantes con menor formación proceden mayoritariamente de Marruecos (59% con estudios hasta primaria), Rumanía (38,2%) y Reino Unido (38,1%), mientras que los con mayor nivel educativo llegan de Francia (52,1% con estudios superiores), seguidos de los españoles retornados (38,4%) y los cubanos (38,3%).
En cuanto al empleo, los recién llegados se insertan sobre todo en ocupaciones elementales (44.744), hostelería y comercio (43.620) y profesiones científicas y técnicas (26.322).
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