El próximo 22 de diciembre se celebrará el tradicional Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional, una fecha marcada en el calendario de millones de personas que sueñan con un premio que alivie la economía doméstica. Sin embargo, más allá de los décimos y los números, hay una reflexión que cobra especial sentido en estas fechas: la verdadera lotería no siempre es económica, sino que reside en la salud y en el tiempo compartido con quienes más queremos.
Con el objetivo de recordar lo verdaderamente importante, la Cooperativa de Enseñanza Cristóbal Colón, junto al Restaurante escuela SEMILLAS, desarrollará entre los días 18 y 23 de diciembre la actividad solidaria “Mi lotería eres tú”, enmarcada dentro del Proyecto de centro “Acuérdate de Vivir”.
Durante estos días, el Restaurante escuela SEMILLAS destinará un porcentaje del precio de los cafés e infusiones consumidos a la Asociación “AdELAnte CLM”, que trabaja en apoyo a las personas afectadas por la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Se trata de un gesto sencillo pero cargado de simbolismo: compartir un café, una conversación y un momento de calidad puede convertirse en un acto solidario con un gran impacto.
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa, incurable a día de hoy, que en España registra una media de tres nuevos diagnósticos diarios y cuya esperanza de vida se sitúa entre los tres y cinco años. Esta realidad hace aún más necesaria la concienciación social y el impulso a la investigación, considerada la única vía para frenar la tragedia que viven muchas familias afectadas.
Desde la organización se anima a la ciudadanía a participar en esta iniciativa solidaria y a reflexionar sobre el valor del presente. En unas fechas tan señaladas, la propuesta invita a valorar lo que se tiene, a acordarse de quienes más aprecian su salud precisamente porque la han perdido y a contribuir, aunque sea con un pequeño gesto, a mejorar su calidad de vida.
“Mi lotería eres tú” resume el espíritu de la campaña: regalar tiempo, compartir momentos y ofrecer esperanza. Porque, tal y como recuerdan sus promotores, se puede hacer mucho con muy poco y, sobre todo, acordarse de vivir y disfrutar cada día.






