Poco antes de las doce del mediodía del pasado viernes se produjo el desprendimiento de unos seis metros de cornisa de la Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera, un hecho que se achaca a las intensas lluvias caídas durante estos días. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales, ya que en el momento del desprendimiento ningún viandante pasaba cerca de la zona y los feligreses todavía se encontraban en el interior del templo presenciando la misa con motivo del Día Internacional de la Mujer.
La Policía Local se encargó de acordonar la el lugar, mientras que los Bomberos acudieron para asegurar y sanear la zona afectada. El vicario de Talavera, Felipe García Díaz-Guerra, y responsable del templo, declarado Bien de Interés Cultural, explicó que se cayó “el pico de un frontón de ladrillo sujeto con mortero”, una zona que presentaba grietas y fisuras en las que había crecido la vegetación. El vicario explicó que “la cúpula descansa en un crucero y en el remate está el frontón que se ha visto afectado”, y vaticinó que si en los próximos días sigue lloviendo terminarán por aparecer goteras y se calará el muro. El lugar de la caída se encuentra en el lateral de la Basílica que da a la Avenida de Extremadura.
El capellán de la Basílica, Pablo Fernández, estimó que el peso caído puede rondar los 500 kilos, por lo que consideró que “la Virgen puso su manto sobre Talavera”. En declaraciones a La Voz del Tajo, también incidió en la “buenísima y rápida actuación de los bomberos” afianzando la cornisa.