Esencia talaverana sobre las tablas del Palenque

La pura esencia talaverana respirada durante toda la semana de Mondas volvió a encontrar en el acto de entrega de los Premios Ciudad de Talavera, celebrada en la noche del pasado jueves, uno de sus mejores escaparates. No en vano, el Teatro Palenque volvió a registrar para la ocasión un lleno hasta la bandera presentando un aspecto inmejorable en un patio de butacas repleto coronado en la parte superior del mismo por los integrantes de la Banda de Música de Talavera, que pusieron los acordes a una gala que ya cumple doce ediciones.

El piragüista talaverano Francisco Cubelos grabó su nombre en el apartado de Deportes como reconocimiento a su magnífico papel en los pasado Juegos Olímpicos de Londres, donde obtuvo un más que meritorio séptimo puesto en la prueba de K-1 1.000 metros logrando el Diploma Olímpico. En el apartado de Economía los hermanos Raúl y Juan Carlos Otero García, gerentes de Cárnicas Otero, subieron a las tablas del Palenque para recibir el cerámico carrito de las Mondas por su buen hacer empresarial en una andadura que comenzó en 1992 mientras en el apartado de la Solidaridad la directora de la Fundación Madre de la Esperanza, María Ángeles Lumbreras, recogió el galardón en nombre del centro por la encomiable labor realizada para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. En cuanto a la Promoción de la Identidad Local y Comarcal, el actual gerente de la señera firma Calzados Mazuecos, José María Fernández-Mazuecos, recibió un premio que reconoce la trayectoria de uno de los negocios más longevos de Talavera que abrió sus puertas en el ya lejano año 1835. Finalmente, en el apartado de Cultura, la distinción fue para la Escuela Municipal de Música y Danza Eusebio Rubalcaba, que continúa creciendo año a año bajo la batuta de su actual director, Óscar Iris, quien recogió el galardón.

Como antesala a la ceremonia de entrega de premios, el acto acogió la presentación del facsímil de Mondas número 25, titulado La devoción de Talavera a la Virgen del Prado (Siglo XII-Siglo XX), por el autor del mismo, el Mantenedor de las Mondas Ángel Ballesteros.