Iberdrola ha presentado hoy su Plan Estratégico 2025-2028, con un total de 58.000 millones de euros de inversión, lo que supone un aumento del 30% respecto al periodo anterior.
El objetivo de la compañía es transformar su perfil hacia una empresa más regulada, centrando sus esfuerzos en el Reino Unido y Estados Unidos, donde se concentra el 65% de estas inversiones. Según el presidente de la compañía, Ignacio Galán, “dos terceras partes de los fondos se destinarán a redes de transporte y distribución, fundamentalmente en estos dos mercados”.
El plan establece que 37.000 millones se destinarán a redes eléctricas, con 25.000 millones para distribución y 12.000 millones para transporte, principalmente en los mercados regulados del Reino Unido y Estados Unidos.
Con esta estrategia, Iberdrola prevé incrementar su base de activos regulados hasta 70.000 millones de euros en 2028, con una rentabilidad media (ROE) del 9,5%. Las redes reguladas se convertirán en el motor del crecimiento, contribuyendo al 55% del EBITDA, que se estima alcanzará los 18.000 millones de euros, y asegurando que el 75% del resultado operativo no dependa de la volatilidad de los precios energéticos.
Además, la compañía invertirá 21.000 millones en renovables y clientes, con el 75% de estos proyectos ya en construcción. De esta partida, el 38% se dedicará a eólica marina, un 24% a eólica terrestre, un 10% a solar fotovoltaica y otro 10% a almacenamiento. Estas inversiones buscan consolidar la transición energética y reforzar la electrificación de la economía, manteniendo un enfoque en países con marcos regulatorios estables y seguros.
Por países, el Reino Unido lidera las inversiones con 20.000 millones, seguido de Estados Unidos con 16.000 millones, la Península Ibérica con 9.000 millones, Brasil con 7.000 millones y otros países de la UE y Australia con 5.000 millones. Más del 70% de la inversión se orientará al crecimiento, garantizando estabilidad, predictibilidad, rentabilidad y seguridad para la compañía.
El plan también contempla un beneficio neto ajustado de 7.600 millones de euros en 2028, lo que supone 2.000 millones más que en 2024, y una retribución a los accionistas de cerca de 20.000 millones entre 2025 y 2028, destinando entre el 65% y el 75% del beneficio por acción a dividendos, con un mínimo de 0,64 euros por título. Esta estrategia se acompaña de un sólido respaldo financiero, con un rating previsto de BBB+, generación de 52.000 millones de euros en flujo de caja y un plan de rotación de activos y alianzas por 13.000 millones, ya completado en un 75%.
En materia de responsabilidad social y sostenibilidad, Iberdrola planea crear 15.000 empleos durante el periodo, realizar compras por 65.000 millones de euros a miles de proveedores, sosteniendo más de 500.000 puestos de trabajo, contribuir con 40.000 millones de euros en impuestos y destinar 1.600 millones a I+D+i. Asimismo, la compañía reafirma su compromiso con la neutralidad en emisiones de CO2 para 2030 y continúa liderando buenas prácticas de gobierno corporativo.
De cara a 2031, Iberdrola prevé continuar sus inversiones con más de 45.000 millones entre 2029 y 2031, centrados principalmente en el Reino Unido y Estados Unidos, destinando 30.000 millones a redes y alcanzando una base de activos regulados superior a 90.000 millones. La compañía mantiene su objetivo de crecimiento sostenido, con resultados al menos de un dígito medio/alto y con dividendos crecientes, consolidando su posición como una de las utilities más importantes del mundo.
Ignacio Galán ha resumido el alcance del plan destacando que “este plan pretende transformar el perfil de Iberdrola hacia una empresa más regulada, con las redes como vector de crecimiento”, y subrayando que, gracias a estas inversiones, la compañía seguirá impulsando la electrificación, fortaleciendo la autonomía energética y contribuyendo al desarrollo económico y social de los países donde opera.