La Policía Nacional ha detenido en el municipio malagueño de Torremolinos a Carlos Loriente, sacerdote de 45 años, canónigo de la Catedral Primada de Toledo y director del instituto San Ildefonso. El religioso fue sorprendido este lunes durante un control rutinario mientras circulaba en un coche de alquiler junto a otros tres hombres —de nacionalidad argentina y venezolana— con destino a una fiesta.
Según fuentes policiales, en el vehículo se halló una importante cantidad de sustancias estupefacientes, entre ellas cocaína rosa, droga sintética elaborada con MDMA y otros componentes psicoactivos. Tras el hallazgo, los agentes registraron el piso turístico donde el sacerdote se alojaba durante sus vacaciones, encontrando más drogas y objetos de carácter sexual. Loriente fue detenido acusado de un presunto delito contra la salud pública.
El detenido fue puesto a disposición judicial este martes y se acogió a su derecho a no declarar. Deberá comparecer en sede judicial cuantas veces sea convocado.
La figura de Carlos Loriente ya había estado en el punto de mira. En 2023 fue denunciado por difamación y calumnias por una víctima de abusos sexuales, en el marco del caso del sacerdote Pedro Rodríguez Ramos, condenado por pederastia pero finalmente absuelto por defectos de instrucción. Loriente defendió públicamente al clérigo y cargó contra la víctima y contra varios medios de comunicación, lo que motivó la denuncia aún pendiente de juicio.
El arresto provocó confusión inicial en la Iglesia toledana. Algunos medios locales señalaron erróneamente al rector del Seminario Mayor, Álvaro García Paniagua, lo que obligó al Arzobispado a desmentir públicamente la información.
Finalmente, la Archidiócesis confirmó la detención de Loriente y anunció que ha sido apartado de todo ministerio y de sus cargos eclesiásticos. En un comunicado oficial, la institución expresó su “plena confianza en la justicia”, aseguró que colaborará con las autoridades y pidió “perdón al Pueblo de Dios por los daños morales que puedan ocasionar los presuntos delitos de un sacerdote de la archidiócesis”.
El caso ha generado un fuerte escándalo en la diócesis toledana, donde Loriente ocupaba cargos de relevancia. La investigación policial continúa abierta.