Decenas de coronas, ramos y adornos florales llenaron durante las 26 horas que estuvo abierta al público la capilla ardiente del alcalde, Gonzalo Lago, una muestra de la huella que ha dejado entre los talaveranos y vecinos de la comarca y la región el fallecido. Las personas que pasaron por el Salón de Plenos nuevo se contaron por centenares; todos ellos no quisieron perder la ocasión de despedir al que ha sido la primera autoridad de Talavera durante más de tres años, así como de transmitir su pésame y condolencias a su mujer, sus hijos y resto de familiares y amigos.
En la jornada de este sábado la ciudadanía ha tomado el ejemplo de la corporación municipal y también se han mantenido unidos para recibir la salida del féretro por la puerta noble del Consistorio, así como en el últimos adiós a la salida de La Colegial tras celebrarse el funeral. Su agradecimiento llegó en forma de aplausos, una prueba del cariño, respeto y/o amistad que cada uno de ellos sentía por Don Gonzalo Lago Viguera: el médico, el político y la persona.