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Unidos Ikea Podemos

Unidos Ikea Podemos

Una sóla vez he entrado en Ikea y me dije a mí mismo que haría todo lo posible por no volver a entrar.

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Una sola vez he entrado en Ikea y me dije a mí mismo que haría todo lo posible por no volver a entrar. Ikea está diseñada para que, por cojones, recorras todas sus instalaciones, pases por todas sus secciones, leas todas sus ofertas. Si lo que vienes a comprar está a diez pasos de la entrada, has de recorrer toda la superficie para alcanzar las cajas donde pagar. Es como si a punta de tralla te llevaran contra tu voluntad hasta el matadero. Te utilizan, te manejan, te dirigen, te atontan. No, Ikea no es para mí porque una vez dentro has de seguir los pasos que ellos te señalan sobre el piso. No tienes ninguna opción personal, no puedes volver atrás, careces de elección. No, Ikea no es para mí porque, para mí la libertad es un derecho inalienable hasta para ir a comprar.


Podemos ha presentado su programa en formato Ikea. Solo verlo ya me produce tal sarpullido y alergia que, si no me ando con cuidado puede llevarme hasta un shock anafiláctico. No, no lo voy a leer, mucho menos a comprar por 1,80 euros que estos gandules de la izquierda populista les van a birlar a los incautos que, encantados con la Ikea-comunista, lo comprarán.


No vayan a creer que el formato del programa de Unidos Podemos es así por una ocurrencia, no. Si estos nuevos políticos terminan gobernando harán con nosotros lo que Ikea hace con sus clientes y que he enumerado más arriba. Ofreciendo todo gratis, nos harán entrar, caer en su tela de araña y ya no nos dejarán hasta que, atontados por sus ofertas de un país multicolor, ni sepamos distinguir, ni sepamos elegir y; alienados, conducidos, utilizados se sirvan de nosotros para hacerse con el poder y aumentarlo día a día. Uno de los anuncios de Ikea es: “Bienvenido a la república independiente de mi casa”. Unidos - Podemos está avisando subliminarmente de lo que quiere hacer con nosotros y con España. De todos modos una república no tiene porqué ser algo malo, Francia lleva siglos siéndolo y hay está como una gran potencia; lo malo es que la república que quieren estos comunistas - socialdemócratas es un república caribeña, bananera con un presidente al que un habano le llene la boca y, en el uso de sus despotismo, haga con el país y sus ciudadanos lo que le dé la gana ¡qué carajo!.


No, Ikea no es para mí, mucho menos la Ikea comunistoide repintada de socialdemócrata del señor Iglesias y la señora Bescansa, que solo nos quiere para usarnos, utilizarnos y robarnos la libertad con el único objetivo de alcanzar el poder.

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