Espionaje

Este hombre, que vivió en sus carnes las heridas que la contienda dejó en el alma, aún mira por el rabillo del ojo el horror que le tocó padecer. La verdad es que no se le puede dar la razón en este sentido a este hombre, pero lo que sí ha vuelto ha sido la Guerra Fría, aquella en la que reinaba el espionaje, según el PP.

Así, hace unos días la misma presidenta regional del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, se quejaba de ser espiada por los socialistas. Según lo que ha acontecido después, da la impresión de que tan sólo esa una sospecha de la candidata del PP. Algo mismo la debió suceder a la entonces senadora Remedios Gámez cuando aireaba que era espiada por la cúpula de la Junta Local del PP. Ella misma lo contó entonces y lo ha vuelto a hacer ahora al sacar a relucir ese asunto públicamente, aunque con cierto aire de mofa. El mismo con el que los socialistas han tratado la posible suposición de Cospedal.

Pero el asunto del espionaje no queda aquí. Un sindicato ha denunciado que el noble y leal servicio municipal de bomberos está que trina porque en el parque se han colocado algunas cámaras. Aún no se sabe en que quedará este tema, pero es fácil presumir que en un recinto de este tipo debe de existir todo tipo de seguridad. Aunque esta seguridad, a veces, esté reñida con la intimidad del trabajo. Lo dicho, que quizá la guerra que barrunta Savas es la del espionaje que a comienzo del pasado siglo pusieron en práctica las dos potencias. Claro que, comparado comparado con aquello, lo de aquí se queda en un chiste. Hasta la semana que viene.