La disidencia del PP

Y ya está tomando cuerpo tal y como lo anuncia la dimisión de Braulio Ramos, un hombre que ya llevaba militando una docena de años y que tres de ellos los ha aportado trabajando en la Junta Local. A lo largo de la semana es muy factible que tome cuerpo otra dimisión, lo que significa que aparece el descontento en una fuerza política que se ha impuesto por mayoría.

Hace unos días, significados dirigentes populares han querido hacer ver que la dimisión de Ramos puede ser debida a un asunto personal, más bien a que no ha recibido las prebendas que él esperaba tras el triunfo en las elecciones. Si la cúpula del PP piensa eso puede tener razón, pero bien haría en contemplar esta decisión como un asunto político porque la acción de Braulio Ramos, y las que lleguen después en el mismo sentido, tratan de mostrar el desacuerdo de cierto sector de la militancia con la política desarrollado por el partido, en general, y por el alcalde, en particular. Y lo dice gente que sostienen que se han dejado el pellejo para que el PP triunfe en las elecciones.

La disidencia del PP acusa al alcalde de que no es capaz de salir a defender los intereses de la ciudad en asuntos como el AVE, la pérdida del Lusitania, que no se imparta Informática en el CEU o que Talavera ha aumentado en más de 2.000 parados desde que Lago preside la corporación. Precisamente las mismas acusaciones que el también presidente de la Junta Local del PP recibe de la oposición. Y se lo dicen desde dentro del partido, bueno ya desde el umbral de la puerta de salida.