Un Cortejo para toda la comarca

Talavera de la Reina volvió a erigirse en el eje principal de todas aquellas poblaciones que conforman su amplio radio de influencia en un multitudinario Cortejo de Mondas que volvió a brillar con luz propia. El sol que acompañó esta vez la pasada tarde sabatina de abril favoreció la vistosidad y el colorido de una cita que volvió a recoger lo más granado de la tradición y el folclore de la zona. La fiesta, declarada recientemente de Interés Turístico Nacional, abrió el telón con el tradicional chupinazo propinado desde el balcón del Ayuntamiento, momento que el mayordomo, a lomos de un precioso corcel, llamó a la puerta noble del Consistorio para ser recibido por el alcalde, Gonzalo Lago, quien colocó la bandera de España en la lanza del jinete dando así comienzo al cortejo. Tras la interpretación del himno nacional que da paso a los alguaciles que abren la marcha, las danzas y bailes de los pueblos de la zona comenzaron a tomar la Plaza del Pan abriéndose paso por las calles de la ciudad hasta los Jardines del Prado, lugar donde como es habitual tuvo colofón el festejo. Ofrendas compuestas por dulces y mondas fueron portadas hacia el altar de la Virgen del Prado en un desfile en el que las asociaciones vecinales talaveranas rememoraron con sus carrozas diferentes capítulos de la historia Ciudad de la Cerámica y sus tierras.

El carrito de mondas, verdadero protagonista tirado con maestría por los experimentados carneros Bodo y Chiquitín, cerró una vez más el cortejo centrando todas las miradas de los cientos de asistentes que abarrotaron las vías de la ciudad. El intercambio de bastones del regidor talaverano con más de un centenar de alcaldes puso el broche de oro a una fiesta en la que Lago destacó los “férreos e inquebrantables” lazos entre Talavera y los municipios de su comarca y agradeció a la Virgen, Alcaldesa Perpetua de la ciudad, "las fuerzas que cada día otorga para poder seguir adelante y darnos esperanza en estos tiempos tan difíciles".