La plaza de Jerez de los Caballeros vivió ayer una gran tarde de toros con un cartel de lujo y una entrada que alcanzó los dos tercios del aforo. Se lidiaron seis toros de la ganadería de Domingo Hernández, bien presentados y de notable juego, con ejemplares que ofrecieron nobleza y clase a lo largo de la jornada.
Los tres espadas salieron con ambición y dejaron una grata impresión en los tendidos. Emilio de Justo y Luis David Adame fueron los grandes triunfadores de la tarde, saliendo a hombros tras cortar dos orejas a cada uno de sus oponentes, demostrando temple, entrega y buen gusto en sus faenas.
Por su parte, Tomás Rufo se quedó a las puertas de la Puerta Grande por culpa de la espada. Paseó una oreja del tercero tras una faena marcada por el toreo al ralentí y naturales de gran profundidad a un toro con calidad. Sin embargo, una estocada defectuosa le privó del doble trofeo.
En el sexto, firmó otra actuación de alto nivel, con temple y dominio por ambos pitones, pero volvió a fallar con el descabello, siendo finalmente ovacionado.
La tarde en Jerez de los Caballeros fue un espectáculo vibrante de toreo del bueno, donde la terna brilló con luz propia ante una gran corrida de Domingo Hernández. Solo la espada impidió que los tres salieran por la puerta grande.





