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La experiencia de pintar un baldosín cerámico

La experiencia de pintar un baldosín cerámico
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(Foto: Eventos Talavera)

Escrito por Ignacio Fernández

Por LVDT
miércoles 11 de junio de 2025, 11:00h

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Vi un anuncio en Internet donde se ofrecía un taller para pintar sobre un baldosín cerámico unas filigranas clásicas del estilo Talavera con plantilla.

Nuestra maestra, la trabajadora Cristina de Artesanía Talaverana con 20 años de experiencia como muralista, retratista o paisajista de escenas por encargo que llegan a esta fábrica de cerámica artística.

Fundada en 1966, durante este periodo de tiempo han pasado muchas toneladas de barro por su magnífica nave. Lugar donde se concentra el corazón cerámico; sus hornos, moldes, lavadero. Metros de estanterías donde reposan vasijas de barro cubiertas de un polvo luminoso que nos lleva a los años sesenta en su almacén.

Miraba curioso como es el proceso desde el inicio hasta el resultado final de piezas hechas a mano y pintadas en este taller. Lo más auténtico del recorrido fue ver un pedazo de historia, los moldes del taller de Ruiz de Luna estaban allí, como un reconocimiento por la aportación cultural mundial que realizó a la cerámica de Talavera en su tiempo.

Miles de objetos se reúnen en sus estanterías, piezas virgenes, terminadas, fallidas, olvidadas, encargos que no fueron. Un hábitat de olores y colores que te hacen ver y sentir la dureza de la profesión, lo difícil que resulta llevarla a cabo y la valoración de todo este trabajo aún nos parece excesiva.

Ahora pasamos a nuestro lugar de trabajo pero antes hay que ponerse un mandil peto para evitar manchas con la pintura.

Estamos juntos en una mesa y en una silla donde cada uno de nosotros tenemos un baldosín blanco, cuatro colores, agua y dos pinceles uno de ellos con una raíz fina y sobresaliente del resto del clásico pincel.

Somos seis personas, cinco de ellas con pensión y una joven de apenas treinta años que se descubrió como la que más capacidad tenía -talento natural- y la que fue más fiel a su modelo, su perro. Aplauso de la sala. Una hora y media concentrado en tu baldosín dan para conversación, fotos y risas.

Nuestra anfitriona María, el taller lo organiza ella -la que no lleva peto- nos animaba amablemente y tomaba recursos digitales de nuestra experiencia. De un baldosín a otro Cristina la maestra repasaba los trabajos de los aventureros pintores. Ella nos ayudó con su muñeca de oro a perfilar y resaltar las filigranas típicas de Talavera que habíamos plasmado con plantillas para su realización en el azulejo blanco. Una hora y media después es el momento de ver las “obras” y felicitarnos por las buenas personas que somos y habernos reído un buen rato.

Aquí no hay evaluaciones. Tienes ese talento o no lo tienes. Bueno es reconocer, admirar y aplaudir a quien lo tiene.

¿Por qué hacemos esto? ¿Por qué nos agrupamos entorno a oficios, profesiones, historias y hechos del pasado?

Regresa el folk, el baile, los talleres de cocina, pintura, yoga, meditación, las concentraciones de conciertos, coches, para correr, pasa salir de excursión, para comer, pasar ocho horas en un bus a otra ciudad, para salir en bicicleta…tantas posibilidades.

Puede que en estos tiempos veloces, hiperconectados pero aislados y sometidos a un estrés diario, las costuras del cuerpo y de la mente se abren. Vemos nuevas experiencias que no tuvimos oportunidad de hacer en su tiempo. Actividades que nunca imaginamos llegar hacer, vivir o sentir. Todo ocurrió tras la pandemia. Un nuevo nihilismo global que se representa en la masificación de las ciudades posicionadas en actividades de alto interés cultural (museos, edificios emblemáticos), social (gastronomía, música, calle) o en los entornos rurales emergentes (fotografía natural, senderismo, visión nocturna estelar, ecohuertas, cicloturismo, festivales y mercados eco).

Tal vez porque estamos más conectados, podemos ver todo esto al mismo tiempo y podemos pensar que es esta la sociedad en la que participamos ahora pero… ¿es real? Una sociedad tecnológica donde todo está al alcance de la huella de nuestro dedo en una pantalla. Internet es la última revolución y ha traído un alíen llamado Inteligencia Artificial.

Todo esto surge porque durante ese tiempo entre pínceles y almas nobles sentí una relajación y un bienestar, es un ejercicio de concentración increíble. Muy recomendable. Además por treinta euros te llevas tu obra.

Por José Ignacio Fernández - clasecreativa@gmail.com

Fotos de Eventos Talavera.

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