La cuarta edición del Bono Cultural Joven, iniciativa impulsada por el Ministerio de Cultura, ha registrado 16.677 solicitudes en Castilla-La Mancha por parte de jóvenes que cumplen 18 años en 2025, lo que supone un 69,75% de la población de esa edad en la región, que asciende a 23.909 personas según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Por provincias, Toledo lidera la participación con 6.214 solicitudes, seguida de Ciudad Real con 3.711, Albacete con 3.009, Guadalajara con 2.402 y Cuenca con 1.341. A nivel nacional, un total de 366.443 jóvenes han solicitado el bono, equivalente al 68,5% de los nacidos en 2007, superando en 27.835 solicitudes la cifra de la edición anterior. Desde su lanzamiento en 2022, el programa ha beneficiado ya a más de 1,3 millones de jóvenes en toda España.
Cada beneficiario recibe una tarjeta prepago, que puede ser virtual o física, con 400 euros para gastar durante un año en productos culturales. El importe se distribuye en 100 euros para productos físicos como libros, prensa o discos; 100 euros para productos digitales como suscripciones, videojuegos o prensa online; y 200 euros para artes escénicas, incluyendo teatro, danza, cine, ópera y museos. Más de 3.800 establecimientos en todo el país participan en la iniciativa, que busca fomentar la participación cultural entre los jóvenes y ofrecer respaldo al sector cultural.
La empresa pública Correos se encarga del soporte bancario y ya ha iniciado el envío de las tarjetas a los solicitantes, mientras que cada solicitud se somete a un control individualizado de la Administración General del Estado, por lo que la cifra final de beneficiarios podría variar ligeramente.
El Bono Cultural Joven está regulado por un Real Decreto con vigencia indefinida, aprobado por el Consejo de Ministros en marzo de 2023, y cuenta con una dotación de 170 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado prorrogados. Desde su primera edición, en 2022, el número de beneficiarios ha crecido de 277.594 a 338.443 en 2024, consolidando el programa como uno de los principales incentivos culturales dirigidos a la juventud española.
De cara a 2026, el Ministerio de Cultura estudia ampliar los usos del bono para incluir la creación y formación artística, permitiendo invertir en instrumentos musicales, material creativo o talleres culturales, tanto presenciales como online.
Además, se están estableciendo colaboraciones con entidades del tercer sector para garantizar que el programa llegue a los jóvenes de sectores más vulnerables, facilitando la solicitud y promoviendo un acceso más inclusivo a la cultura.