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Raúl Díaz

Carta abierta al Sr. Martín Almendros

Carta abierta al Sr. Martín Almendros

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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Señor: (porque supongo que es dueño de algo)
He aguardado una semana porque la prudencia ha de reinar en los que opinamos en medios públicos. Lo cual no quiere decir que vaya a callarme ante su acción que en un principio calificaré de indecorosa. Describamos los hechos:
Usted, cuando al término del partido celebrado el pasado 5 de febrero entre la UD Talavera y el CD Azuqueca, impidió mis labores informativas dando un manotazo al móvil con el que yo estaba realizando fotos del incidente acaecido entre el entrenador de la Unión y el central del Azuqueca Sergio Pancorbo, se 'cubrió' de gloria. Más aún cuando recogió mi móvil del césped y se lo llevó hasta los vestuarios. Me exigió acreditarme y tuve que hacerlo para que me lo devolviera.

Tuvo usted suerte de que al móvil no le ocurriera ningún desperfecto. Se lo digo así de claro. Y también tuvo usted la suerte de que mi persona no se decidiera por llamar a la policía para reclamar mi pertenencia que usted se llevó 'por la cara'.

He esperado una llamada de disculpa, o bien suya o bien de su club, pero no la he recibido. No pretendo hacer de esto una diatriba, pero tampoco sería de recibo el que me callara ante tal hecho de alguien que habiendo sido árbitro de fútbol actúe con una desfachatez que lesiona completamente el derecho de comunicación de un medio.

Señor Martín Almendros: su reprochable actitud hacia alguien que como talaverano sufrió por la derrota de su conjunto ante el equipo alcarreño sólo merece mi más firme repulsa. ¿Usted cree que yo fui a animar al Azuqueca? Cualquiera que me viera en la grada daría fe de que animé a la Unión. Puedo entender que al final de una derrota en casa se puedan perder los estribos, pero no hasta el extremo de arrebatar el teléfono a un informador y quedárselo.

Le insto a que recuerde que el respeto entre las personas es lo primero a tener en cuenta. Y usted no lo tuvo conmigo. Y dadas las circunstancias no sé si arrepentirme de no haberle denunciado.

Finalizo tuteándole, por una simple razón: uso el 'usted' para las personas que me merecen respeto. Y tú no lo mereces. Porque no lo das.

Y si quieres lo resolvemos, cuándo, dónde y como tú quieras.

Pero si vuelves a tocar una pertenencia mía sin mi permiso, mi prudencia se habrá disipado completamente.

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