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Luis González

Remachando los clavos (y II)

Remachando los clavos (y II)

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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Pero alcemos un poco el vuelo y vayámonos a solicitar una mayor claridad también desde las instancias más altas.
Porque lo de los ayuntamientos, quizá por tenerlo muy cerca, quien más quien menos, sabe por dónde van los tiros, pero en las “administraciones superiores…”, ¡existe tanta disparidad de criterios que nos vuelven locos a los ciudadanos y, según a quién oigas, las cosas parecen tan diferentes, que no te puedes hacer nunca una idea do cómo es, en realidad, esa verdad! De cualquier forma, y tratando de analizar el simple hecho de la subida del 10% de la que nos ocupábamos la semana pasada, así como en la trascendental política del gobierno de la nación que podemos considerar a continuación, yo sigo pensando, sin dudarlo, que nos encontramos, efectivamente, ante uno de esos hechos enrevesados que todos los políticos nos quieren presentar a los ciudadanos. Porque… ¿qué es si no, por ejemplo, este tejemaneje que se traen ahora los gobernantes actuales con tantos recortes como, según dicen, se tienen que hacer por todas partes, cuando nos habían prometido que no los iban a llevar a efecto, al menos, en determinados sectores? ¿Y cómo es que, al mismo tiempo, ahora los del PSOE se quejan de que los estén haciendo los otros, cuando resulta que es por culpa de ellos, pues si en vez de dejar las arcas de los organismos públicos tan vacías (por haber gastado lo que no tenían), las hubieran dejado llenas…, no vendrían esos recortes? ¿Cómo es posible que hayan mentido los gobernantes anteriores tan descaradamente –me dice mi amigo Pepe- y ahora quieran hacer culpable de su despilfarro incontrolado al gobierno actual que lleva poco más de un mes?... ¡Cuando ellos en más de siete años no han sido capaces de sujetar esa avalancha de gastos, ahora quieren que en unos cuantos días, ya lo contengan los demás! (¡Demos tiempo al tiempo… y después ya veremos!) ¡Ah, avalancha, por cierto, que, tras la supresión de la ley del límite del gasto, ha arrastrado también a toda la “casta política”, independientemente del “signo político” al que pertenezca, porque me da a mi igual uno que otro! Pues, como ya es muy bien conocido por todos, lo que está pasando actualmente en nuestro ayuntamiento y en muchos otros, por no decir en casi todos, sucede en nuestra Comunidad Autónoma y en todas las demás Autonomías, así como en toda España… Lo que ocurre en Europa, según la política actual, también nos debe importar a nosotros, sobre todo a nivel nacional, porque, efectivamente, sí dependemos en muchos aspectos de lo que se cuece en la Unión Europea. Las directrices que nos mandan desde ella influyen enormemente en nuestra forma de poder hacer política en España. Por lo que se ve, ya no nos vale eso de ….”cada uno en su casa y Dios en la de todos”, sino que ahora se ha puesto de moda “¡cada uno en su país y la Sra. Merkel en los de todos!...

Yo me sigo convenciendo, cada vez más, de que esto de la política nos la están complicando los políticos demasiado y, naturalmente se ve muy poco nítida, sobre todo, cuando no se va con la verdad por delante, ya que se atreven a camuflar todo lo que se quiere y nos hacen ver a los ciudadanos “los asuntos de gobierno”, tal y como se les antoja a ellos. Pero, ¡por favor!…, ¿tan difícil resulta contar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, por muy dura que ésta sea? ¿No sería más beneficiosa para todos, tanto para los políticos como para los ciudadanos, el hacer y decir las cosas con total claridad? Ya se sabe, claro está, que “nunca lloverá a gusto de todos”, pero al mismo tiempo, ya conocemos todos los seres humanos también que la verdad no tiene nada más que un camino. Y que por eso mismo, antes o después, los sufridos ciudadanos también sabemos diferenciar y apreciar donde está la verdad y la mentira...

De la misma manera, yo creo que es muy fácil entender que en una democracia se debe respetar el valor de las urnas, pero no se debe abusar del poder concedido por el pueblo, porque así como se otorga, después también se quita. La pena es que, en algunas ocasiones, se tarda demasiado en podérselo retirar a los que se aferran a él. Y es que muchas veces existen hechos tan objetivos que resulta muy claro el ver la verdad y por tanto se debería actuar antes, sin esperar a que llegue el final del mandato, por mucho que se empeñe el dirigente de turno.
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