La crisis de suministro de medicamentos ha dado un giro inesperado este verano en Toledo y en el resto del país: los antidepresivos han pasado a encabezar la lista de medicamentos con más problemas de disponibilidad, superando a los antidiabéticos, tradicionalmente los más afectados.
Así lo revela el último informe de la red digital de farmacias LUDA Partners, que refleja un incremento por cuatro en las notificaciones de faltas de este tipo de fármacos durante el último mes.
El cambio en la tendencia es significativo. Hasta ahora, medicamentos como Ozempic, empleado en tratamientos para la diabetes y muy demandado por sus efectos adelgazantes, o Concerta, prescrito para el TDAH, eran los protagonistas del desabastecimiento.
Sin embargo, en este verano de 2025, los antidepresivos han tomado el relevo, lo que ha encendido las alarmas entre farmacéuticos, pacientes y profesionales sanitarios.
La marca más afectada, según el informe, es Anafranil, que concentra el 40 % de las búsquedas infructuosas registradas por las farmacias. Le siguen Ludiomil, con un 33 %, y Daparox, con un 9 %. El resto de las incidencias se reparten entre otras marcas utilizadas en el tratamiento de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Esta situación no solo tiene implicaciones logísticas, sino también sanitarias, especialmente en un contexto de aumento de los trastornos mentales en España. Según la encuesta ‘Statista Consumer Insights 2025’, el 17 % de los españoles afirma sufrir alguna afección relacionada con la salud mental, como ansiedad, depresión o burnout, cifras que superan a otras dolencias comunes como los problemas visuales o cardiovasculares.
El problema se agrava entre los más jóvenes. Datos de la Red para la Promoción de la Salud y el Bienestar Emocional de las Personas (Proemo) alertan de que más de 1,5 millones de adolescentes españoles entre 12 y 18 años presentan síntomas emocionales preocupantes, con un millón en riesgo de desarrollar trastornos como la ansiedad o la depresión, y medio millón ya diagnosticados y en tratamiento.
Los ingresos hospitalarios también confirman esta tendencia. Un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) apunta que las hospitalizaciones por causas psiquiátricas en menores se han triplicado en dos décadas, con un descenso en la edad media de ingreso de 17 a 15 años.
A largo plazo, el panorama tampoco es alentador. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que uno de cada tres españoles desarrollará algún trastorno de salud mental a lo largo de su vida, un aumento significativo frente al 25 % proyectado en 2016.
En este escenario, el desabastecimiento de antidepresivos plantea un desafío crítico: interrupciones en la medicación pueden suponer recaídas, agravamiento de síntomas y un mayor colapso en los servicios de atención sanitaria. Desde el sector farmacéutico insisten en la necesidad de garantizar una distribución estable y eficiente, especialmente para tratamientos cuya continuidad resulta vital.