A pocos días del tradicional sorteo de la Lotería de Navidad, vuelve a surgir una de las curiosidades más comentadas entre los jugadores: ¿existen números con peor suerte que otros? Aunque todos los décimos tienen exactamente la misma probabilidad de resultar agraciados con el Gordo —400.000 euros al décimo—, lo cierto es que el análisis histórico del sorteo, que se celebra desde 1812, deja algunos datos llamativos.
TERMINACIONES QUE NUNCA HAN SIDO PREMIADAS
En los 213 sorteos celebrados hasta la fecha, 15 terminaciones nunca han aparecido en el número del primer premio. Estos finales “gafados” son:
09, 10, 21, 25, 31, 34, 41, 42, 43, 51, 54, 59, 67, 78 y 82.
Si en lugar de fijarse en las dos últimas cifras se observa el inicio del número, también hay combinaciones que jamás han encabezado un Gordo. Los millares que nunca han sido premiados son: 27, 37, 39, 41, 44, 51, 64; del 67 al 70; del 73 al 75; 77; y del 80 al 99, con dos excepciones: 86 y 88, que sí han sido agraciados alguna vez.
La cifra final menos repetida ha sido el 1, seguida del 2 y del 9.
LOS MÁS AFORTUNADOS
En contraste, también hay cifras especialmente repetidas. El número más premiado en la historia del sorteo ha sido el 5, que ha cerrado el Gordo en 32 ocasiones. Le siguen el 4 y el 6, ambos con 27 apariciones.
Se han repetido hasta tres veces las terminaciones 297 (20.297 dos veces y 40.297), 457 (2.457, 4.457 y 9.457) y 515 (12.515, 13.515 y 21.515). Otras combinaciones, como 094, 098, 400, 452, 590, 640, 704, 758 y 892, han salido en dos ocasiones.
También destacan algunos números concretos, como el 15.640, premiado en 1956 y 1978, y el 20.297, agraciado en 1903 y 2006. Incluso ha habido Gordos consecutivos en cifras correlativas: 13.093 y 13.094, así como 53.452 y 53.453.
SUPERSTICIONES APARTE, TODOS TIENEN LAS MISMAS POSIBILIDADES
Pese a la fascinación que generan estas estadísticas, los expertos insisten en que la historia del sorteo no influye en absoluto en la probabilidad de que un número salga o no premiado. Cada 22 de diciembre, cuando el bombo comienza a girar, todos los décimos compiten en igualdad de condiciones, independientemente de si alguna vez han sido agraciados o si jamás han visto la suerte pasar por su terminación.
Con supersticiones, tradiciones y matemáticas de por medio, lo único seguro es que este año millones de jugadores volverán a soñar con escuchar a los niños de San Ildefonso cantar su número. ¿Será uno de los “gafados”? Por improbable que parezca… es tan posible como cualquier otro.
Si (
No(
