La Asociación de Vecinos ‘Juan de Mariana’ La Solana es la que mayor solera tiene en Talavera, desde que comenzara su actividad antes de la democracia, fomentando el asociacionismo de la mano de un equipo encabezado por Encarna Barrero. Ella fue la primera presidenta oficial, en 1977, cuando se sentaron los primeros estatutos. Hoy siguen su labor, por y para sus vecinos.
Con un equipo unido y muy activo cuenta la Asociación de Vecinos de La Solana, encabezado por su presidenta, Antonia Avis. Acompañándola en la Junta Directiva están Luis González, Jesús Malta, Gregorio Gómez, Alfonso Hermoso, Pilar Pozo y Purificación Sánchez. El concepto de movimiento vecinal ha cambiado; Teresa Tejada recuerda como La Solana sirvió para sacar a las mujeres de su rutina de madres y amas de casa. Allí comenzaron a divertirse realizado actividades deportivas, culturales y de ocio, ayudando a “cambiar la mentalidad”. La asociación también consiguió la educación para adultos en el colegio Antonio Machado, así como se preparó a muchos jóvenes para atender a las personas mayores con un certificado homologado; hecho que propició la inserción laboral de muchos de ellos.
La Asociación ‘Juan de Mariana’ se enorgullece de intentar aportar y cubrir las necesidades de sus vecinos, aunque reclaman de los más de 7.000 habitantes de la zona que se acerquen a la sede para mostrar sus inquietudes, sus demandas y sus problemas. Actualmente son 465 los socios, una cifra que esperan aumentar para seguir impulsando la acción vecinal. Para ellos es esencial que cada persona aporte y sume a favor de todo el barrio.
La Junta Directiva define al barrio como “heterogéneo”, donde “hay casi más extremeños que talaveranos”. Cuando se delimitó el barrio apenas había dos edificios en la Avenida del Príncipe, el resto todo es nuevo. “Es el contrapunto de Puerta de Cuartos, donde todos se conocen”; aunque el colectivo intenta agrupar a todos esos nuevos vecinos que llegan.
No tienen muchas exigencias que hacer al Consistorio, salvo que mantenga los servicios y dotaciones de los que ya disponen, como el mobiliario urbano, la limpieza o la iluminación. En este último término, se refieren a la escasa o deficitaria visibilidad nocturna en la Avenida del Príncipe y otras calles como Méjico, Chile, Venezuela o los Paseos de Filipinas y Colombia. La estrechez y oscuridad de estas vías hacen que para los vecinos sean más inseguras para el tránsito.
Echando la vista atrás, La Solana recuerda su pelea para cerrar con una valla la piscina -y posterior tapiado- que había en la Avenida de la Príncipe, ya que aunque era privada, era fácil acceder a la misma. También consiguieron solucionar los problemas de olores que traían la finalización del canal en su barrio, así como la consiguiente plaga de ratas que acudían en busca de comida. Su acción en defensa de la Alta Velocidad también ha sido notoria, aunque son conscientes de que el asunto está en manos de las altas instituciones.
FEDERACIÓN DE VECINOS. Avis reconoció que las asociaciones se han hecho más fuertes integrándose en la Federación de Asociaciones de Vecinos ‘Vegas del Tajo’. “Es crucial porque la lucha no es la que había antes y se pueden conseguir más cosas. Al menos, ahora conseguimos que nos escuchen en todas partes”, relató la presidenta.
LUGARES DE INTERÉS. En sus límites, podemos encontrar los colegios Antonio Machado, José Bárcenas, Clemente Palencia y Ruiz de Luna, el polideportivo 1º de Mayo, el Centro Cívico La Solana o la Iglesia San Juan de Ávila.
Dura lucha por la Universidad y para salvar el arroyo Berrenchín
Los vecinos de La Solana recuerdan como uno de los caballos de batalla fue la petición para que Talavera tuviera Universidad, que finalmente se consiguió tras manifestaciones y reivindicaciones que unieron como nunca el sentir popular en los años 1994-95. Entonces su lucha tuvo enfrente a las más altas esferas institucionales, rector incluido. Aunque también han pasado muchos años otro logro conseguido fue tapar el arroyo Berrenchín, que discurría entre las viviendas de pisos de la Ronda de los Andes. Campañas informativas, manifestaciones y presiones al Gobierno local, consiguieron salvar este obstáculo que tantos quebraderos ocasionó a los vecinos de la zona. Han pasado los años, y el arroyo se tapó hasta la Urbanización de Montecarlo. También lograron la presión necesaria para el agua potable -que era deficitaria-, en la Avenida del Príncipe; fue con Antonio González Madrid en la Alcaldía.
Diez años pidiendo una biblioteca cuya sede sería el centro de salud
En el año 2012 también vieron como se cerraba el centro de salud de su barrio, siendo derivados al Río Tajo. Avis afirma que los más mayores son los que mayores dificultades tienen para asistir a sus citas, debido a la lejanía de este centro y la escasa combinación de transporte con esta zona. La asociación considera que cuando la zona del Centro de Salud Río Tajo crezca en población se verá saturado. Para estas instalaciones de su barrio quieren ahora una delegación de la biblioteca, es una demanda que tienen desde hace diez años. Creen que hay población suficiente para gozar de esta cobertura.
El recuerdo de un Centro de Día
Los vecinos todavía recuerdan los 26 usuarios, trabajadores y una importante lista de esperan que avalaban el servicio que se prestaba en el Centro de Día del Centro Cívico La Solana. A principios de 2013 se cerraba y sus usuarios eran trasladados a la Residencia de la Junta. A día de hoy, la presidenta lamenta no haber podido luchar más, pero “no nos dio tiempo”. Pese a los rumores de cierre, los vecinos recibieron la negativa del gerente del Hospital de Talavera. Sus concentraciones y peticiones de nada sirvieron, cuando se conoció el cierre definitivo ya era oficial. Los usuarios, ya adaptados, tuvieron que desplazarse.
Actividades por y para todos
El dinamismo es una de las señas de identidad de esta asociación. Algunas de las actividades de las que hoy pueden disfrutar sus vecinos son clases de sevillanas, tai-chi, pintura -que luego son expuestas-, pilates, teatro y grupo de guitarras y rondalla y coro. Además, La Solana colabora activamente en el Consejo de la Mujer, Educación o Sanidad, entre otros. Su rondalla y su coro participa en residencias de mayores y pueblos de los alrededores para animar con su actividad. Esta asociación se define por su autosuficiencia y solidaridad; la primera porque gracias a sus talleres y los participantes elaboran sus jornadas culturales, mientras que en el segundo término han ayudado económicamente a la PAH o han recogido alimentos para Cruz Roja. Gracias a su grupo de teatro, muchos vecinos no solo han encontrado el mejor de sus pasatiempos, sino que han aprendido un importante oficio y se han cultivado con los mejores autores literarios.
Solución para un paso de cebra muy problemático
Los pasos de peatones son una de las mayores preocupaciones de estos vecinos. Las malas condiciones de algunos de ellos, como el de la Avenida Juan Carlos I junto a la Plaza de la Paz, han propiciado algunos accidentes debido al desgaste y deficiente parcheado que se realiza en ellos. Los baches y socavones solo propician accidentes, por lo que a su juicio optarían por levantarlos y hacerlos de nuevo. En la misma línea, La Solana lamenta que las Avenidas de Príncipe y de la Constitución sean los dos únicos lugares de la ciudad donde se aparca en la mediana, un hecho que dificulta la visibilidad de los conductores si sumamos este obstáculo a la vegetación existente. Se basan en los constantes accidentes en esta vía para exigir un espacio de seguridad -de unos cuatro o cinco metros- antes de que los turismos lleguen al paso de peatones. El paso de peatones de la Avenida de la Constitución -frente a la Residencia de la Junta- es otra punta de lanza en sus quejas. Pese a que tiene una barandilla para pasar de un sentido a otro de la carretera por este paso, los viandantes rara vez lo hacen, ya que la mayoría opta por salvarlo y cruzar por el carril bici o incluso por la calzada. Pese a que se ha hecho oidos sordos a esta demanda de corregir este déficit de seguridad, la Concejalía se ha comprometido a tomar medidas para armonizar el paso de peatones, bicis y coches.