La Junta de Personal del área sanitaria de Talavera denunció el “desmesurado e injustificable” cierre de camas que la Gerencia del SESCAM ha decidido realizar durante los tres meses del periodo estival. Así, anuncian que se cerrarán 113 de las 276 camas que actualmente están abiertas en el Hospital General Nuestra Señora del Prado, por lo que permanecerán para los meses de verano un total de 163, teniendo en cuenta que “si ya eran pocas 276 camas para 190.000 habitantes, 163 camas para los entre 300.000 y 400.000 posibles enfermos que pueden alcanzarse en verano nos pone a la altura de los peores hospitales de cualquier país subdesarrollado”, comentan en nota de prensa.
A su juicio, este cierre “abusivo” de camas supondrá: situaciones de sobrecarga de trabajo en las plantas pues se cierran la mitad de las camas de cada servicio y el personal apenas se sustituye, “quedando el turno de noche con una sola enfermera en algunos casos”. Igualmente, alertan de “una clara y peligrosa disminución de la calidad asistencial debido a la disminución de los recursos materiales y humanos disponibles”; un hecho que también desemboca en una “contratación precaria”. Además, la Gerencia, explica la Junta de Personal, a día de hoy no ha facilitado los protocolos de actuación en caso de sobrecarga de pacientes, protocolos que determinan la forma en la que se producirán las contrataciones para “afrontar necesidades asistenciales urgentes y no se afecte gravemente el servicio dado a los enfermos”.
En esta línea, recalcan los problemas para encontrar profesionales que quieran asumir las pocas sustituciones que se ofrecen debido a “la falta de previsión, la racanería en los contratos y la precariedad de los mismos”. Normalmente terminan siendo trabajadores con poca experiencia profesional que trabajan en condiciones muy exigentes, con alta presión asistencial y en muchas ocasiones solos.
Otra consecuencia de este déficit es la “dispersión de numerosos enfermos por plantas que no son las que les corresponderían según su patología”, que se van trasladando a otras plantas según la disponibilidad de las camas. Para los profesionales esto supone un “estrés laboral intenso” y graves crisis de estados de ansiedad. También el año pasado se evidenció, según explica la Junta de Personal, un “colapso en urgencias al aumentar la demanda por falta de personal en Atención Primaria”. Todo esto, además conlleva a “un aumento de las listas de espera de consultas, pruebas complementarias y quirúrgicas al suspender actividad por falta de personal”.
Con todo esto, la Junta se dirige al gerente, José Luis Morillo, que “aduce razones de eficiencia para tomar esta inaceptable medida de cierre de camas”, que “la eficiencia debe valorar el balance entre los recursos empleados y los beneficios obtenidos y en este caso, los beneficios, salvo el ahorro, son nulos pues en nada benefician estas medidas a los pacientes sino que, por todo lo anteriormente explicado, todos son perjuicios para los usuarios del sistema”.