Un incendio forestal de grandes dimensiones afecta desde el viernes por la tarde a la localidad de Navaluenga, en la provincia de Ávila, dentro del Parque Natural de la Sierra de Gredos.
La emergencia ha obligado al desalojo de varias zonas habitadas y campamentos infantiles, y ha devastado ya más de 1.500 hectáreas de monte bajo, encinares y explotaciones rurales, en un área de alto valor ecológico. El incendio continúa activo, con un perímetro de 26 kilómetros, aunque la evolución durante la noche ha sido algo más favorable.
El fuego se originó a las 14:10 horas del viernes en el paraje conocido como ‘La Chinita’, en una zona montañosa de difícil acceso. Las condiciones meteorológicas –con temperaturas extremas, baja humedad y fuertes rachas de viento– propiciaron una rápida propagación de las llamas, lo que obligó a activar el nivel 2 de peligrosidad del Plan de Protección Civil por Incendios Forestales (INFOCAL), debido al riesgo para la población y las infraestructuras.
Una de las primeras medidas de emergencia fue la evacuación de 60 menores y monitores de un campamento de verano, que fueron trasladados de forma segura al albergue municipal de Navaluenga. También se procedió al desalojo preventivo de viviendas rurales, instalaciones ganaderas y la urbanización El Quejigo, sin que hasta el momento se hayan reportado daños personales.
Durante la noche del viernes al sábado, el descenso de las temperaturas y la disminución del viento permitieron contener parcialmente el avance del incendio. Aunque no se han detectado nuevas llamas, el fuego sigue activo y se mantienen numerosos focos calientes, especialmente en zonas escarpadas del norte del perímetro, lo que obliga a una vigilancia extrema para evitar rebrotes durante esta jornada, en la que se prevé un repunte del calor y del viento.
En el operativo participan más de 200 efectivos entre medios aéreos y terrestres, incluyendo personal de la Junta de Castilla y León, el Ministerio para la Transición Ecológica, las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF), la Unidad Militar de Emergencias (UME) y refuerzos procedentes de la Comunidad de Madrid. También colaboran agentes medioambientales y personal de Protección Civil, así como la Guardia Civil, que ha iniciado una investigación para esclarecer el origen del fuego.
Las primeras indagaciones apuntan a un posible origen intencionado, dado que se identificaron al menos dos focos distintos al inicio del incendio, separados por escasos metros y activados de forma simultánea. Esta circunstancia, unida a las condiciones extremas de propagación, hace sospechar de una acción deliberada.
El incendio ha obligado al corte de varias carreteras comarcales en la zona, entre ellas la AV-902, AV-905 y AV-P-417, mientras las autoridades insisten en pedir prudencia a la población y evitar los desplazamientos innecesarios. La situación sigue siendo inestable, y aunque los equipos han logrado estabilizar parte del perímetro, el riesgo de reactivación sigue siendo elevado.