Talavera de la Reina dio ayer, 18 de septiembre, el pistoletazo de salida a las Ferias de San Mateo, una de las citas más esperadas del calendario local. Sin embargo, más allá de la música, las casetas y el ambiente festivo, la ciudad presenta a visitantes y vecinos una estampa que muchos califican de abandono.
El recinto ferial y sus alrededores muestran claros signos de deterioro. El estanque de los patos luce con varios azulejos cerámicos desprendidos, suciedad acumulada y un aspecto descuidado que contrasta con la importancia de la cerámica en la identidad talaverana.
A pocos metros, en el parque infantil de El Prado, la situación no es mejor: baldosas rotas, columpios sueltos y un mantenimiento deficiente ponen en entredicho la seguridad de un espacio pensado para los más pequeños.
A esta sensación de dejadez se suma la percepción de una feria menos concurrida en cuanto a feriantes. Este año, según los asistentes, se nota un mayor número de huecos vacíos en las calles del recinto, con menos atracciones y puestos que en ediciones anteriores.
A continuación se pueden ver las imágenes que demuestran el abandono y la dejadez en la ciudad.




















