Conocimos la faceta de este gran talaverano, mi padre, llamado “Lique”, actor, maestro y humano. Lo que no saben acaso es que tenía otra afición que de vez en cuando urdía y causaba sensación. En la familia, a menudo, disfrutábamos de ella: eran ripios divertidos con que alegraba las fiestas. Y se me ha ocurrido acaso fingir aquí algunas rimas como si él los escribiera y que él mismo se despida. Así que, sin más, le dejo con la voz del personaje: ¡que entre “Lique” en escena y su voz aquí se alce!
HABLA LIQUE: “Queridos talaveranos, ya veis que al final me he ido. Hago mutis por el foro (Todos haremos lo mismo)
(LIQUE SE LEVANTA Y SE DIRIGE AL PROSCENIO)
Mi vida fue un frenesí, una farsa, una ficción, un sueño que me hizo vivir y me avivo la ilusión. ¿una ficción o afición? La verdad, no estoy seguro: una sombra, que se ha ido al pararse el corazón. ¿El corazón del teatro? Ese nunca, el de la vida. Esta vida cojonuda que a veces es tan jodida. Una ilusión verdadera, mi pasión por el teatro: maquillaje, bambalinas, focos, pelucas… el patio de butacas donde ustedes fueron mi mayor regalo. Un regalo de la vida que ustedes me han otorgado: amigos que tuve, gente que dice “les he ayudado”. Yo no lo sé, lo que sé es que a ustedes me entregado y he hecho lo que he podido, y lo que estaba en mi mano. Quería ver gentes felices y alegres por todos lados. Yo no sé si lo he logrado, pero el mayor bien es pequeño y mi gota he depositado porque ese fue mi empeño.
Y con ésta me despido, no crean que para siempre; mientras no exista su olvido me tendréis aquí, presente. Que en un lugar, no sé dónde, con un poquito de suerte allí estaré, ensayando, con Ismael Sánchez de la Fuente, con Emilita y con otros, viejos miembros del Candil preparando alguna obra que les pueda divertir. Allí les espero a todos, porque no podéis faltar; pronto o tarde son butacas que tendremos que ocupar. Sin remisión os espera allí una localidad, espectadores o actores de esta farsa universal.