BLOG DE LOPE. Es un día indeterminado, en algún lugar de la órbita terrestre, del año desconocido, muy cerca del Siglo XXII. Llevo tiempo -no sabría decir cuánto- dando vueltas al nuevo eje de gravitación de la tierra después de la explosión nuclear. Pertenezco a un grupo de supervivientes seleccionados para documentar que ha sido del planeta después de la guerra. Nuestra misión dejar constancia entre las estrellas de datos, gráficos, fotos y material para ser visualizado en cualquier momento por los herederos de la futura Tierra, una forma de explicar cómo llegamos hasta aquí y porque ocurrió todo.
Guardar en la memoria de Los Futuros que fue de nuestro entorno y las especies que habitaban un territorio, donde sólo alguna -cómo el humano- pudieran haberse desarrollado en un entorno hostil y devastado. Dejar en la memoria de los que vengan como fuimos capaces de desarrollar armas, bacterias, productos y tecnología para hacer desaparecer la especie más revolucionada de todas las que conformaban el paisaje terrestre. La evolución había preparado una sorpresa a su desarrollo, las fases de la evolución destructiva. Ruptura que debía darse para el otro proceso que conoceríamos como Los Futuros. Iguales pero distintos.
Las nuevas teorías filosóficas habían desencadenado distintos parámetros de reflexión para el “Ejercicio de la Vida”. Muchos estaban de acuerdo, la supervivencia ya no era posible. Había que estar preparados para una nueva contingencia humana, la salida de Los Extraños del sistema. Tarea nada fácil. Unidos por una misma razón estelar, estos nuevos habitantes de la Tierra tenían como misión comunicar “Nuevas Verdades” a los pobladores que se había quedados estancados en el Siglo20. Su labor invisible y callada había dado sus frutos.
Ahora pertenecían a una de las castas organizadas más importantes la de la Sociedad de la Información Civil para el Escenario Posterior.
En un momento todo cambió, los entornos variaron, las relaciones mutaron y el sistema tuvo que responder deprisa, sin argumentos intelectuales, sin poso reflexivo, sin puertas de salida. Todo era confuso. Las ideas nacían y morían en breve tiempo, las acciones se multiplicaban, Los Power acumulaban ciberbonos de supervivencia y la estela social era de división, enfrentamiento. Estamos sumergidos en un oscuro medievo casi imposible de superar en el 22 de nuestro siglo.
Las flashlanzaderas de bajo consumo PlixplaxV5 construidas en aquella época eran accesibles para todos. A la Corporación Global de Ambientes Translucidos le venía muy bien una producción de consumo más elevada para aliviar los costes derivados de su nueva planta y dejaron que la gente se trasladara de una parte a otra de Glolab sin ningún trámite en la multiplicación, ni control distintivo. Las autoridades dejaron al azar la resolución de los acontecimientos. Nadie sabía la deriva que tomarían más tarde. Se difuminaron los activos y la mitad del planeta entró en un lado oscuro, la luz había desaparecido. Las oficinas de Organización Activa emprendieron pruebas destinadas a potenciar suministros a la cara oculta. Todo estaba preparado para la prueba definitiva. Después todos sabemos lo que pasó.
Continuará…