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Los de José Ramón Corchado vieron cómo el rival les empataba en el último minuto tras estar toda la segunda parte replegado.

Se quedó en un casi

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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El encuentro comenzó con los típicos vaivenes, aunque con los alcazareños más metidos en el juego. Fruto de esa mayor concentración y ansia por ganar, el conjunto visitante pudo adelantarse en el marcador merced a un par de jugadas por banda que no encontraron rematador. Pasaron de esta forma los minutos, y no sería hasta casi la media hora cuando el San Francisco volvería a ver un casi gol visitante. Ésta vez era Parra quien, tras un gran pase en profundidad de Javivi, cruzaba un balón raso que se encontraría con la estirada de un enorme Kike, otra vez capaz de lo mejor y lo peor. Sería esa clara ocasión la que despertaría del letargo ofensivo al Torrijos, que hasta ahora vivía de la velocidad de Santi y el oficio de Diego Rodríguez, sin duda el mejor del conjunto local.
Sería éste último quién participaría de todo el juego peligroso rojiblanco. La primera un disparo suyo tras jugada de Vara que provocó la buena estirada del meta Brian. Y la siguiente, un centro suyo que aprovechó Chanete para marcar, eso sí, tanto que no subiría al marcador porque un desacertado Pérez León estimó cómo falta la forma en que le arrebató la bola al defensor. Dominio final rojiblanco que se plasmaría en la última jugada del primer tiempo. Nacida de un saque de puerta de Kike, que templaría Vara a la carrera de Diego quien, tras dejar sentado con un recorte a Agus, dejaba en bandeja el esférico para Plaza que acabaría batiendo rado a Brian y haciendo también el primer tanto de la temporada en casa para un Torrijos que recuperaba la sensación de ir ganando en casa. Pero ya saben cómo acaban terminando los cuentos que se plantean de la forma en que Shakespeare entendía la vida: con todos muertos. Tanto derroche físico, unido al calor que hizo toda la tarde, acabaron haciendo mella en el juego local. Tanto fue así que Corchado planeó el segundo tiempo con el equipo agazapado atrás y dando la bola a quien tenía prisa por conseguir un mejor resultado. Conformismo entendible y válido, hasa ell último minuto, con todo decidido, y una mala salida de la contra acabó robando Juanma que, tras tocar a Benítez, realizó un disparo de esos de churro y con una parábola extraña que acabó colándose a las mallas y firmando un empate que sabe a gloria a los alcazareños.
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